esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe..



..en ese momento me detuve, tu rostro arrugado y el paso de los años, teñidos estaban..
pudiste contener tus mañas y dolencias por unos segundos, sinceras súplicas en silencio pedían un abrazo y un oído.
Convaleciente agarraste tu puchito y esa taza de café a punto de enfriarse.
los silencios gritaban .. sentí que me aturdías. Te aturdías y otro pucho más marcó el comienzo de una larga charla. Las horas pasaban pero no las sentíamos..

1 comentario:

marina alcolea lópez dijo...

es precioso el hecho de que el tiempo pase y no lo notemos al estar junto a una persona que de verdad nos importa.